La realización de inspecciones de rutina es una parte fundamental del mantenimiento de la preparación de un extintor de incendios. Mensualmente, realice una inspección visual exhaustiva para verificar cualquier daño obvio, como abolladuras, grietas, óxido o signos de fuga. También es esencial verificar el medidor de presión, si está presente, para garantizar que la aguja esté dentro de la zona verde, lo que indica que el extintor está adecuadamente presurizado. Además, verifique que el sello de manipulación esté intacto y que el PIN esté en su lugar para garantizar que el extintor no haya sido manipulado.
Cada extintor de incendios tiene una vida útil definida, entre 5 y 15 años, dependiendo del modelo y su tipo. Siempre verifique la fecha de fabricación o la etiqueta de vencimiento para garantizar que el extintor todavía esté dentro de su vida útil. Si el extintor ha superado su vencimiento o se acerca a la fecha de vencimiento, es crucial reemplazarlo con una nueva unidad o tenerla profesionalmente y recargarla.
El medidor de presión es uno de los indicadores más importantes de la preparación de un extintor. Haz que sea un hábito verificar el medidor para asegurar que los puntos de aguja a la zona verde, lo que indica que el extintor está correctamente presurizado. Si la aguja está en la zona roja, significa que el extintor ha perdido la presión o está defectuoso. En tales casos, el extintor debe recargarse o reemplazarse de inmediato para evitar cualquier riesgo durante una emergencia.
Examine el cuerpo, la boquilla y la válvula del extintor para obtener signos de daño físico. El cuerpo debe estar libre de abolladuras significativas, grietas o óxido, ya que pueden comprometer la integridad de la unidad y afectar su rendimiento durante el uso. La boquilla debe estar libre de obstrucciones o bloqueos, asegurando que pueda descargar el contenido sin interrupción. Además, verifique el mango para ver cualquier descanso o flojencia que pueda afectar la facilidad de uso, especialmente en una situación de alta presión.
El sello Tamper es una característica de seguridad crítica diseñada para evitar el uso no autorizado o la manipulación del extintor de incendios. Asegúrese de que el sello de manipulación esté intacto. Si el sello falta o se rompe, esto podría indicar que el extintor ha sido utilizado o manipulado, lo que compromete su efectividad. En tales casos, el extintor debe ser inspeccionado y recargado, y el sello de manipulación debe reemplazarse para garantizar que esté seguro antes de que vuelva a servicio.
Después de que se haya utilizado un extintor de incendios, incluso si solo es parcialmente, debe ser recargado por un técnico de servicio profesional. Incluso una ligera descarga puede reducir la capacidad del extintor de funcionar de manera efectiva en una emergencia. Los extintores que han sido descargados no deben volver a servicio hasta que se hayan vuelto a prensurarse, ya que es posible que no puedan manejar un evento de incendio futuro. Esto es especialmente importante en entornos de alto riesgo donde una segunda oportunidad para actuar puede ser crítica.
Si bien las inspecciones mensuales pueden detectar problemas obvios, una inspección profesional anual garantiza que el extintor de incendios funcione de manera óptima. Durante estos controles anuales, los técnicos certificados evaluarán los componentes internos, probarán la presión de descarga y realizarán cualquier mantenimiento o recarga necesario. El servicio profesional también puede implicar reemplazar las sellos o juntas tóricas internas y verificar el rendimiento general para asegurarse de que el extintor funcione de manera efectiva en una emergencia.